
Hola amigas
Dicen que todo llega cuando no lo esperamos, cuando desistimos en el empeño de que algo ocurra.
Cada día se despertaba esperando esa llamada, aun con los ojos sin abrir, el pelo revuelto, corría a la mesa donde había dejado el móvil la noche anterior. Olvidó llevarlo con ella a la cama como hacía habitualmente, pensó por un instante que justo hoy seguro que estaría el número en esa pantalla tan llena de huellas. Lo miró una y otra vez, no había llamadas, mensajes, no había nada, publicidad y un aviso de cumpleaños que le hizo sentirse aun peor. Era el cumpleaños de María, la amiga que los había presentado, esa que ya le advirtió de que no era alguien en quien se pudiese confiar, no era el hombre que pudiese hacerla feliz, él era divertido, zalamero, con una gran autoestima, sobre todo era alguien para divertirse sin más pretensiones.
Dudó sobre llamar a María, lo que menos le apetecía era explicarle que a pesar de sus advertencias había roto todas las promesas que le hizo, se había ido enamorando y lo peor de todo ¡¡él lo sabia!!
Mirando esa pantalla y dudando en marcar o tirar el teléfono por la ventana, no hizo ninguna de las dos cosas, se dispuso a desayunar entre suspiros y recuerdos. No deseaba hablar con nadie que no fuese él, tantas cosas por decirle. O quizá tantas otras que no debió decir, que absurda se sentía, habían pasado meses, sin embargo parece que fue el día anterior cuando la abrazó para decirle al oído cuanto la quería, cuanto significaba para él como amiga, solo eso, ¡como amiga!
Unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas mientras se tomaba ese café amargo, no había tiempo de más lamentaciones, se pasará, quizá un día…
Un año más tarde todo había vuelto a la normalidad más absoluta. La luna dejaba ver los cerezos en flor desde la ventana. Ya no esperaba nada, todo era lejano, se sentía en paz, dispuesta a darse una ducha y ver una película tan romántica como ella.
Una llamada la hizo volver al salón, con el consiguiente enfado por el momento tan inoportuno. Miró para comprobar si merecía la pena descolgar, su cara palideció, se sentó y dejo sonar hasta darle a ese teléfono verde de la pantalla.
Hola soy yo, no puedo dejar de pensar en ti, te necesito…..
Todo llega cuando no lo esperamos, con este look no espero nada, solo que os encante tanto como a mi, las prendas sencillas, con estilo y que nos identifiquen es a lo que aspiro en esta profesión, personalidad le llamo yo.

Un jersey amarillo mostaza oversize con una caída espectacular y mangas anchas.
Lo llevo con un pantalón blanco de campana y un collar de plumas original.






Espero que disfrutéis de la semana y que os llegue todo lo bueno de la vida sin esperarlo.

Jersey, pantalones: Massimo Dutti.
Sandalias: Unisa
Gafas: Rayban
Collar: Alabama, Alicante
Bolso: Luis Vuitton