Hola amigas
Se iba acercando lentamente, podía distinguir su pelo, casi podía percibir su olor, ese tan característico que no podría olvidar jamás.
Pensé dar unos pasos entre la gente para adelantar el encuentro, pero no podía moverme, estaba paralizada, temía sus palabras, siempre fue muy elocuente, siempre encontraba la palabra justa para hacerme callar, jamás supe por qué, no sabía si era miedo, lentitud de expresión, o qué se yo.
La escena se asemejaba a una película, no sé si era buena idea ese café en ese lugar y en ese momento, hacía tiempo que no le veía, mi cara estaba helada, el frió había llegado y no solo en el sentido literal, se había adentrado también en mi alma, no sabía por qué había aceptado esta cita, quizá era la intriga, quizá la forma de despedirnos, quizá locura transitoria…
Pude ver la ironía en su sonrisa, como si de un viejo amigo se tratase, no lo era, nunca lo fue. Fue todo menos un amigo.
Su porte seguía siendo distinguido, su voz la misma y con la misma seguridad, acercó su cara para besar mi mejilla y creo que esbocé una leve sonrisa para preguntar –¿cómo estas? -Bien, gracias. Como siempre, no recibí por su parte el mismo interés, así que no hubo pregunta dirigida hacia mi. No debía interesarle.
Ese café fue largo y distendido, la conversación giró, como siempre, en torno a él, su mundo, sus aficiones ¡¡todo gira en torno a él!! No era desagradable escucharle, era y es interesante durante los primeros treinta minutos, después de esos la cucharilla del café es capaz de girar a una velocidad tremenda dentro de la taza.
Quizá necesitaba ese momento para afianzar mi decisión. ¡¡Cuando me diga que quiere volver voy a decirle que si se ha drogado!!
Quizá me diga….. Quizá esto otro….
No le conocía como pensaba, sus palabras solo fueron –Quizá podíamos quedar otro día para que puedas ver mis nuevos proyectos
Ese quizá no llego nunca, ese café fue el mejor café de mi vida, el que me hizo sentirme feliz por estar sola, por creer en el amor, en ese que te hace especial y no invisible.
Nada pasa por nada, todo tiene un por qué, incluso los malos momentos nos aportan algún aprendizaje, nos hace conocer la realidad, esa que a veces solo queremos ocultar en esa parte del cerebro.
Me hizo entender lo que no había querido ver, para eso fue necesario saltar al vació, que da tanto miedo pero es tan necesario en ocasiones.
Ahora odio ese perfume y ¡quizá hasta los cafés!
El look de hoy es perfecto para esa cita, con fuerza, carácter y seguridad que aporta esta parka tan especial y diferente. Llena de color y con estampado de camuflaje como si a la guerra de sentimientos encontrados nos dirijiésemos.
Llevo pantalones rotos negros con jersey negro y camiseta con mensaje. Botines de tacón alto que me encantan y este año le sacaré partido, ya que me las compré el año pasado en rebajas y creo que solo me dió tiempo a llevarlos un día.
Un bolso muy especial y personalizado con un asa en pedrería que crea un look bohochic magnifico.
Y solo eso amores, que me encanta estar en contacto con vosotros cada día y agradeceros vuestra paciencia y cariño.
Parka: Capriche, Alicante
Pantalones, jersey y camiseta: Zara
Bolso:Purificacion Garcia
Gafas: Dior
Botines: Unisa